En pleno corazón de Torreón, el Bosque Venustiano Carranza se mantiene como un refugio verde que ha acompañado a generaciones. Más que un espacio recreativo, es un símbolo de identidad lagunera, donde los paseos familiares, los corredores matutinos y el bullicio de los domingos reflejan la vida y tradición de la ciudad.

Caminar por sus senderos es descubrir historias vivas: niños aprendiendo a andar en bicicleta, ciclistas iniciando su rodada y abuelos compartiendo anécdotas en las bancas. Además, fines de semana llenos de clases de yoga, talleres artísticos y competencias deportivas transforman al bosque en un escenario de cultura, deporte y convivencia para todas las edades.
Este pulmón urbano no solo conecta con la naturaleza, también con la memoria de Torreón. Sus senderos han visto crecer a generaciones que hoy regresan con sus hijos, preservando tradiciones y creando nuevas memorias. El Bosque Venustiano Carranza es, en pocas palabras, un espacio donde la historia, la comunidad y la vida diaria se entrelazan, recordándonos la importancia de cuidar y valorar nuestros espacios verdes.